¿Qué tipos de suelos vinílicos existen y cuál es el más adecuado para hospitales?
Los suelos vinílicos se clasifican principalmente en dos tipos: homogéneos y heterogéneos. Se distinguen entre sí por la forma en que están compuestos y fabricados. Características que influyen en sus aplicaciones, resistencia y apariencia.
Ambos tipos son suelos que destacan por su versatilidad, durabilidad y facilidad de mantenimiento. Los suelos vinílicos se han convertido en una opción cada vez más popular tanto en espacios residenciales como comerciales.
La elección entre uno u otro tipo dependerá de factores como el uso previsto, las exigencias del entorno y las preferencias estéticas de cada proyecto o instalación específica.
- Suelo vinílico homogéneo. Está compuesto por una sola capa de material con una composición uniforme a lo largo del espesor. Es muy resistente al desgaste, a productos químicos y al tráfico intenso. Su diseño suele ser más limitado, pero su durabilidad y facilidad de limpieza lo hacen ideal para entornos donde la higiene es crítica.
- Suelo vinílico heterogéneo. A diferencia del suelo homogéneo, está compuesto por varias capas, incluyendo una capa decorativa que ofrece una amplia variedad de diseños y acabados. Tiene una capa de desgaste transparente que protege el diseño. Es estéticamente más versátil, pero puede ser menos resistente en áreas de tráfico muy intenso si no tiene una capa de desgaste adecuada.
¿Cuál es el más adecuado para hospitales?
El vinilo homogéneo es el más recomendable para hospitales y entornos sanitarios por varias razones:
- Alta resistencia a la abrasión y productos químicos desinfectantes.
- Fácil mantenimiento y limpieza, fundamental para cumplir con normas de higiene.
- Superficie continua y sin juntas visibles que ayuda a prevenir la acumulación de bacterias y facilita la desinfección.
- Alta durabilidad en zonas donde hay alto tráfico. Como por ejemplo, pasillos, quirófanos y salas de espera.
- Antideslizante, así mejora la seguridad del personal y pacientes.